¿Cómo Puedo Recibir la Vida Eterna?
RECONOCE QUE ERES UN PECADOR.
Romanos 3:23 – “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,”
Dios dice que todos somos pecadores y si somos honestos con nosotros mismos, sabemos que esto es verdad, ¿no es cierto?
Por ejemplo: ¿Has mentido alguna vez en tu vida? Todos lo hemos hecho. ¿Cuántas mentiras son necesarias para que seas considerado mentiroso? La respuesta es obviamente UNA.
TODOS somos pecadores y no podemos entrar a la gloria de Dios. Nuestro pecado trae consecuencias.
RECONOCE QUE LA PAGA DE TU PECADO ES EL INFIERNO.
Romanos 6:23 – “Porque la paga del pecado es muerte…” La muerte aquí habla del "lago de fuego".
Apocalipsis 20:14 – "Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda."
NOTA: Alguien debe recibir este pago. Esto fue lo que Jesús hizo cuando murió por nosotros en la cruz hace como 2,000 años. Él recibió todo el peso de la paga del pecado.
De tal manera que Dios no habla más de muerte, sino de vida eterna como un regalo.
RECONOCE QUE DIOS QUIERE DARTE VIDA ETERNA COMO UN REGALO.
Romanos 6:23 – “…más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.”
Dios no quiere que vayas al infierno. Quiere darte vida eterna como un regalo. Tú no puedes ganar un regalo, ¿verdad que no? Tú no pagas nada por un regalo. Sólo dos opciones: Aceptarlo o rechazarlo, tomarlo o dejarlo.
Aquí Dios nos dice que el regalo que tiene para nosotros es “vida eterna”. Esto significa que no obtendremos esto por ser buenos o malos o por ir a la iglesia, o por ser bautizados o cualquier otra cosa. Nosotros sólo lo recibimos como un regalo.
El regalo de vida eterna está en la persona de Jesús. Para obtener este regalo, tenemos que recibirlo a Él.
RECONOCE QUE TÚ NECESITAS RECIBIR A CRISTO COMO SALVADOR PERSONAL.
Juan 1:12 – “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios,”
Aquí Dios dice que necesitamos recibir a Cristo para poder llegar a ser sus hijos. Hay una gran diferencia entre CREER y RECIBIR. Muchos creen en Jesús como una persona, pero ellos nunca le han recibido personalmente en sus vidas.
Ejemplo: Te ofrezco un billete . Es una buena oferta. Incluso puedes creer que te lo voy a dar. ¿Pero ya lo tienes? ¡NO! Hasta que extiendas tu mano y lo tomes.
Así como tú tomaste el billete de mi mano como un regalo, asimismo tú puedes recibir a Cristo en tu corazón, y se hace de la siguiente manera:
RECIBE A CRISTO EN TU CORAZÓN COMO TU ÚNICO SALVADOR PERSONAL.
Apocalipsis 3:20 – “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él…”
Pon atención, porque es Cristo hablándote. Él está a la PUERTA DE TU CORAZÓN y está tocando en este mismo momento. Él nunca te forzará, ni derribará la puerta. Él espera que tú lo invites a entrar.
¿Si yo fuera un buen amigo tuyo y tocara tu puerta queriendo entrar, que me contestarías? ¡Pásele! ¿Verdad? Jesús es el mejor amigo que has tenido y espera que le digas lo mismo a Él.
¿No te gustaría invitar a Cristo a entrar en tu corazón ahora?
HAZ ESTA ORACIÓN DE INVITACIÓN:
"Querido Jesús. Yo sé que soy un pecador. Agradezco que me ames y que hayas muerto en la cruz por mis pecados. Ahora mismo yo te abro la puerta de mi corazón y te pido que vengas a ser mi salvador personal. Perdona mis pecados y hazme un hijo de Dios en el nombre de Jesús. Amén."
¿Qué te dijo que haría si abrías la puerta? Entrar, ¿verdad? ¿Es Jesús un mentiroso? Por supuesto que NO. Entonces, si abriste la puerta a Cristo…y él dijo que entraría…y si no es mentiroso…¿dónde está Cristo ahora mismo? En tu corazón.
Ahora tú sabes y entiendes qué es ser salvo. No porque hayas hecho cosas buenas en el pasado o vayas a hacerlas, sino porque por fe, tú obedeciste la Palabra de Dios e invitaste a Jesús a entrar a tú corazón.
Cuando alguien recibe un regalo, ¿qué es lo que generalmente dice? “Gracias”, ¿verdad? Dios te ha dado el regalo más grande. ¿No te gustaría decirle, "Gracias, Jesús, por venir a mi corazón y por darme vida eterna"? Haz esa oración en tus propias palabras ahora mismo y agradécele este regalo maravilloso.
¿Tomaste esta decisión en este momento?
Si sí, anota la fecha de hoy como tu día de nacimiento espiritual.
"Ok, ya recibí a Cristo. ¿Y ahora qué?"